El domingo comenzó normal, neutro, tarde... Con ganas de pasta y con muchas tareas dejadas de lado. Entre plantas, juegos, reflexiones y paseos de blogger, la noche fue adentrándose con conversaciones acordadas y problemas de internet. Al menos de un lado la conexión fue perfecta, tanto que se filtraron informaciones postergadas.
A todos... sí, a todos nos llega el momento de pararnos firmemente y asumir nuestras realidades, de dejar de lado el niño que juega a las escondidas para comenzar a hacer frente a nuestras propias batallas.
Recuerdos de casi 10 años atrás fueron removidos, pero aunque la noticia llego de imprevisto, solo se mezcló con la lluvia para calmar las almas inquietas.
I love pasta, porque era propicio comentar sobre los negocios que están en el vecindario, pero como la noche hizo de las suyas, sólo quedó el título... y... mucha lluvia.
Recuerdos de casi 10 años atrás fueron removidos, pero aunque la noticia llego de imprevisto, solo se mezcló con la lluvia para calmar las almas inquietas.
I love pasta, porque era propicio comentar sobre los negocios que están en el vecindario, pero como la noche hizo de las suyas, sólo quedó el título... y... mucha lluvia.
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